muchas y ninguna

Cuchicheos: me espían entre los follajes de las letras.
Octavio Paz

9 nov 2013

Palabras poderosas




Unas pocas palabras y
las estrellas caen , una a una,
produciendo agujeros, astrónomos desconcertados
y fúnebres rugidos en la corteza de lo seguro.

Unas pocas palabras y
las estrellas se apuran a trepar por escalas de nubes,
una a una, 
para ocupar su lugar en las constelaciones como si nada,
nada hubiera pasado

Yeguita

La yegua negra tenía una mancha blanca en la frente, pecho blanco y patas algo cortas
¿cuando la traen? ¿quién?, ¿hasta cuándo?, pregunta ella, impaciente
la doma, el amanse, el cabestro, las riendas, ¿a quien no se amaestra en este mundo?
Ponemos los huevos en la fuente, hacemos panqueques con dulce de leche.
Ella espera que pase la nieve en la ventana y
 en la ventana espera ver crecer las flores de amancay
compra montura, comida y paja
clava los troncos del corral, toda una tarde y todo el otro día
¿y el boyerito?, pregunta.
Ella espera, impaciente.

La yegua llega en un carrito tras un coche,
vienen a verla los chicos desde 0,70 hasta los de 1,60 m.   
ella mueve sus orejas y los mira de perfil, paciente.
Ya hay tres caballos cercanos y otros tantos jinetes disponibles
van al río, al pueblo, al kiosco y a la escuela
van y van,  vienen y vienen
Ella trota, paciente.

Regresa la nieve a la ventana

Una noche alguien la roba,
el policía sigue el rastro hasta el caserío del Alto.
La habrán faenado, dice, rascándose una oreja
suele pasar, dice, paciente.