muchas y ninguna

Cuchicheos: me espían entre los follajes de las letras.
Octavio Paz

19 jul 2013

sonata a dos instrumentos


Estos poemas fueron compuestos por dos entes: alguien que creo haber sido yo y la sombra de un hombre que durante un tiempo anduvo junto o superpuesta a la mía.  Quizá no fue una sombra, sino una aparición,  por momentos luminosa y familiar, otros, opaca, densa, imprevisible.
No puedo descartar la posibilidad de que aquello que creo haber musiqueado yo, sea producto de mi propia sombra, tan incierta como la suya, o de alguien que cree haber sido él.
Sin embargo, me consta haber amado, escrito, odiado, olvidado, y hoy puedo publicar este libro, evidencia de alguna materialidad.
Que sea entonces tan real y tan equivoco como su origen

 
      ELLA TEMPLA EL INSTRUMENTO
I-
Venir desde   ir hacia
superposición que no sabe muy bien
si  viene hacia o va desde.
En este interregno
donde debiera materializarse
aquello
se advierte de improviso
que no hay ya nada
mas que imágenes invasoras
acercándose rápidamente para pasar de largo,
sombras en la espalda
grillos en las articulaciones
un temblor de párpados
un crepitar de huesos
un pájaro apenas
                               revoloteando en la jaula,
un pájaro apenas
                               sin poder volar.

II-
Crece un puñal hecho de atmósferas,
filos en los átomos de oxígeno.
Dardos de hielo ensartan palabras
sobre un fondo cotidiano
de rutinarios tics paralizados.
Picos de gaviotas
se disputan en el centro de mi pecho
restos de vísceras, hebras de una vieja alegría.
Sobre una solitaria meseta se arrastra un ruido frío de metales
Las golondrinas emigran.

III-
Dónde la orgía de la flor
el brote                            el polen
la nervadura pulsando fluidos,
las altas temperaturas
los vientos
la vertiente corriendo claridad,
dónde el remolino
                            de polleras
la mirada sobreentendida,
las certezas
las manos caricia,
Dónde



          EL AFINA EL SUYO

   Y que puede resultar de tanto desamor.
Por la casa entra y sale
un intenso olor a muerte.
En estas condiciones
se hace muy difícil que nazca el hombre,
lo manchan de violencia,
le mojan de angustia todas sus pertenencias,
y le esconden los hermanos
para que nunca sepa el primario movimiento de abrazarse.
Que puede resultar de tanto desamor.


   Esta sospecha de no ser feliz,
ubicarme en el metro para que el gran juez
pueda darme la medida de la vida,
mirarme en espejos encendidos de oscuridad,
devenir lavado
no por el mar y sus arenas
sino por el garrote y las tiras televisivas
Esta sospecha de no ser feliz,
no saber bochar como los abuelos,
no poder la carambola libertaria
de la estrella y la muchacha,
correrme hasta la frontera del otro
 y capitular el abrazo,
rodar otra vuelta de hastío,
mutar las edades con desprecio,
llegar sin dioses



        Todo esta bien si enamorarse es la consigna.
No debes agregar otra cosa a tu equipaje,
ya es tiempo,
sucederá lo previsible:
errores, espejismos, y
cuando ya
no esperes nada y
tu historia sume
piedras y desiertos
alguien te reconocerá y será una fiesta,
luego se descubrirán y
de misterio en misterio subirán la escalera de los encuentros










FLOREO



En Buenos Aires hay una mujer que está sola y espera.
Querido Scalabrini:
                              para tu frase mi halago,
todavía ni vos ni yo la victoria.




Derrumbaré los muros
destruiré uno por uno los cercos
bombardearé cada frontera con un alarido
y luego,
cuando deshabitada de la impotencia
vuelva mi cara al sol
y de entre los escombros me eleve sacudiéndome el polvo
te buscaré entre los hombres y te elegiré.









                                            ALLEGRO


Yo sé desde donde cantás,
donde hundís la muerte para llenarte de vida,
y sé
los trazos, los signos, los gritos
que vienen a buscarte de a poco, de a mucho.
Yo sé
que no elegiste,
que nadie inventó la caída de tu moneda,
                                                                   cara o rosas,
y sé
como se extinguen los horarios que abarcaste:
                                                                          risa,
                                                                              lágrima,
                                                                               poesía.

A esta altura del horror
de la nostalgia
de las sienes
                                               reconocerse
en el tacto, en la huella,
en las señales
                                                y  risa
galopar fantasías
aventar los fuegos
para luego         
                                               lágrima
desbaratar los pronósticos
amputar entusiasmos
contraerse en el nudo exacto
desprovisto,
dejando un poco, casi nada,
para compartirlo
                                                poesía


Ya es el encuentro.
Un manojo de horas visitaste con el cuerpo.
Comentarios, bestiales imágenes demoraron la figura.
Ya es el encuentro.
No pude estar antes dispersando miedos,
ayudarte en lo sencillo, desbaratarte la certeza de no ser feliz.

Ya es el encuentro.
Soy el fuego, el agua.
Voy a terminar con tus castillos, haremos esculturas.

Un incierto enemigo
acecha mis certezas,
corroe el tiento que a mi orgullo sostiene.
Es un dios sombrío que reivindicando su poder
envía un ejército de insectos
a devorar mi  manto,
una  ola que en mis ríos subterráneos se gesta
despidiendo azufre por mis fuentes,
un escualo desgarrando el vientre de mi ingenuidad,
un caballo de troya que la fuerza de lo oculto
metió en la fortaleza de mi soberbia

Y ya no sé si es incierto,
 ni sé si es enemigo.

Vuelve el misterio a sacudirme.
A plena calle va mi cuerpo trabajándose a sol cruzado,
doy los pasos irrepetibles que la sangre no repone
y gajos de una memoria estallan
apuntando luz y encuentro.

Hay prolijas estrategias
sometiendo el antes y el después
y aquella palabra que el hombre silencia
estalla  desbordante
abriéndose paso entre las espumas y las plantas.
                                                    (Acaso el dado tumbó su cara en la pasión)


Tal vez pueda elevar el alto paredón
determinar la ausencia
arrancar mi materia de tu silla
elegir paisajes quietos
doblegar huracanes con mis manos
vivir de espaldas al mar.

Si así fuera, desde entonces,
                                             acechante, a oscuras,
fetal, proscripta de mi misma,
con boca abierta
                                               garra
                                  y dentellada   
                            clausuradas;
atisbaré a lo lejos un destello,
un agua dulce,
alguna bocanada de viento que me traigan
una vibración arcaica
sobras o indicios de aquella
                              ajena
                                       fiesta
                                            prometida

Todo está en los dos,
 destino de aire y tierra.
¡Qué no pensaste materialmente pensado!
¡Qué no sentí mirando el muro!
Todo está en los dos, disparados hacia
galácticas ternuras donde la espátula no modela vientos.
Es una cuestión demasiado humana para equivocarnos el tacto,
la sangre detecta el camino y no perdona laberintos.
Todo está en los dos,
mujer definitivamente merodeada por la voz que ya no callo.


                                      Cualquier día de estos amanezco decidida
aplasto la galera en el suelo
sin preocuparme por los tímidos conejos,
rasgo los coloridos pañuelos y no miro
las plumas de paloma,
borro los dibujos de los naipes
vaciándolos de profecías,
corto en letras todas tus palabras
en especial los abracadabra y los abretesésamo,
lleno de estiércol los doblefondos de las cajas,
los misteriosos compartimentos,
ahogo en un pozo los baúles, espadas
y mujeres dentro,  amordazo tus ojos.
                                      Te convierto en hombre cotidiano


Yo genero cuando el viento nos distrae
tu atención mas aguda.
Discutamos los asuntos,
el beso mas urgente
en la importante distancia que los conceptos imponen.
Abreviemos esta calle
con toda una mirada compartida.
Vale caminarla
                          aún minada.


¿Qué es?
¿Qué es esto de volver
e irme cada vez más lejos?
¿Qué es esta desmesura de medidas,
de cauces remontados contra toda corriente
                                                                    y los salmones?
¿Qué es esta espiral desenrollada, fuga y encuentro,
                                                                    estos vectores poderosos?
Le pondrán un nombre absolutorio
o lo condenarán.
Sea como sea,
afirmo que tiene su lugar en la alegría.


ADAGIO

Vengo de amarla y
fue un gajo de luz
donde pusimos los ojos y el sexo
hasta volcarnos
                                          hijos anticipados.
Vengo de amarla,
no tengo otra memoria
que veloces movimientos,
algo volcándose en los cuerpos
                                                     semillas o sueños.
Quien sabe precisamente como armamos la despedida.
Yo partí primero
cuando el beso apretaba la última palabra
o partió ella
dejando planetas o huellas difusas de nunca mas vernos.
Vengo de amarla y
es probable  que la pierda,
                                            que me píerda.
De chocar derrotas nacimos victorias viceversas.
Vengo de amarla y
ahora no está,
                              a las tres en la plaza
                              a las cinco en el bosque
Y no responde ya no sé.

Cómo fue de precipitada la despedida,
cómo cayeron las palabras como por un despeñadero
recorriendo lo abrupto de mi cuerpo,
dispersándose en la vereda,
deslizándose en la alcantarilla
de esa calle ciudadana que se fue con vos
que se quedó sin mí.


Tendría que haber pintado o fotografiado
aquella risa tuya cortando el aire,
esas palabras guardarlas para siempre
en la memoria de la ternura
Pero las prisas vienen a buscarme
reptando en la planta del mundo
sometiendo el cuerpo al baño de la lluvia o el ácido
Tendría que haberte esculpido,
                                                      helenísticamente hablando
                                                                                                 Mi  faro, ¿Qué mares vas eligiendo?


Me imagino tu julio de este invierno
tus toses    tu fatiga
el humo de tu aliento
el paso rápido esquivando las lloviznas
y los vientos
el cuello del abrigo levantado
frías y rojizas la nariz y las manos.
Sé la piel caliente que espera
entre las mantas a la tuya
entre calles y ciudades hibernada
y sé que no es bastante.
¡Tanto julio que tendrás y mi enero en una caja!


En algún momento
tu mirada pasa lista,
un ventanal y nace el mundo:
                                   baldosas que reiteran caminantes
                                   un árbol viejo
                                   que servicial acude con sus escudos verdes
En algún momento
tu mirada pasa lista.
                                    Cuando esté libre ocuparé un lugar en tus ojos
para quedarme ese tiempo,
esa urgente presencia
                                     que procuraré
                                     con todo el cuerpo hasta mirarnos.


En algún lugar de la ciudad
                                                          que apenas compartimos
se incorpora tu aliento al smog.
Por alguna vereda
                             bajo jacarandás o plátanos
andan tus pies llevándote.
Tu voz clara que recogen oídos desconocidos
existe en las sonoras avenidas.
Alguna silla ocupas
una sábana arrugas,
  seguramente doblas las esquinas
y tus manos acarician, gesticulan, abren puertas.
Así es que carece de importancia tu llegada tardía,
mi ida presurosa,
el pequeño punto que abarcó el encuentro.
Hay una realidad,
                            tu presencia
y una alegría cierta:
                                 tu vida solidaria con la mía.


Esperarte tras los vidrios de la vida y
esperarte.
Saber que no llegas
a la cita urgente
cotidiana y sencilla.
Esperarte en la silla de los días violentos.

¿Dónde estás amor?,
rotundo amor...
Yo soy de pan concreto para tu hambre.

Permanece, diverso.
A veces es una ola,
turbulencia y bramido,
abrazo y embestida atentatoria.
Otras es un planeo de gaviota al que me uno
prolongando su vuelo.
Algunos días
es un rumor que crece amenazante
y al que no abro la puerta.

Pero hay veces que es una excursión,
una expedición premeditada.
Munida de aparejos, brújula, herramientas,
voy rastreando gestos, voces, inflexiones,
tonos, roces:
                      todas las atmósferas que constituyen tu recuerdo.











SCHERZO


Es la vieja victoria que viene a buscarnos.
Vas a documentar con silencio y risa,
yo espero en retaguardia
matando lo imaginario del miedo.
Es la vieja victoria del tacto y la ternura.
Estoy y desato los laberintos,
no estoy pero brindo,
                                   mirando las aguas quédate para verme.
                                                                                                  sacudiendo, violentando
testimoniando en las arenas lo tan sencillo.


Aplasté los tréboles que crecían en el valle de mis senos.
En la superficie de mi  vientre clavé con alfileres las mariposas doradas
y las tapé con cadáveres de gorriones.
De las enredaderas dejé los talles más ásperos anudándose  a mis chirriantes articulaciones.
Inserté en los poros de mis manos agudas espinas de algarrobo.
Inmovilicé la sangre.

Pero en el silencio algo sucede
Entre los dedos de mis pies veo crecer minucioso un asombro de pétalo
y mi frente deletrea un rumor  de inesperada y dulce agua.
A benemérita traición,
estocada inconsulta,
por la espalda de la lágrima,
me sorprende siempre esta raíz,
                                               la muy loca, tan obcecada.


Quiero compartir los caminos de tu mente,
llévame a tu asfalto donde soles y lluvias
                                                           tensionan el paisaje,
reproduce la ciudad que mejor puedas a favor de los dos,
será suficiente un atajo de misterio para recibir la noche.
No quedes sola con todos los fantasmas en las avenidas,
busquemos el mapa que insinúa los rumbos hacia el mar.


Desde que te sé y me sé,
                                         canto.
No andaré desnuda por las calles
no correré tras mariposas para prenderlas en mi pelo
no abrazaré ardientes rayos frente a sombreados transeúntes,
                                                                                    sólo canto.
No beberé de todas las vertientes
no rodaré por las faldas de los cerros
no bailaré ritmos afro en la rueda de ingleses, no,
                                                                                    pero canto.
No dejare evidencias de la magia para sus inquisiciones
no seré cristiana para sus leones, no,
                                                           mas canto
                                                          florecida, asoleada
                                                          con sed y saciedad canto
                                                          sin flores , ni sol,  inarmónica, canto.
                                                           
                                                                                                                                                     

                                                                                                                             

De un solo golpe nos pusimos de acuerdo.
Nadie nos tiró desde la física,
todo fue de la injusticia.
                                                                                                                                                            Y aquí estamos,
en los despachos de la espera
tomados por el cuello
asombrados de tanta vigilancia
                                                                                                                                                             casi importantes...
De un solo golpe nos pusimos de acuerdo,
que vino en mayo, tal vez en abril,
poco importa, seguiremos amando los otoños y
todo el verde
                                                                                                    de una sola planta,
De un solo golpe nos pusimos de acuerdo
y nuestra falta reiterada por esquivar
lo programado
pareció a primera vista
                                                                                                       una aguja en el pajar,
Hoy con todo el faro oculto
mucho lodo corriendo por los huesos
casi derrotados
en la estrechez de los conceptos,
                                                                                                    como siempre de pie
                                                      y conspirando.


Este trozo de planeta
                                                     tu gajo, mi instante...
transitar la cuna entre bombos y comunicados
la escuela al ritmo de las botas
desoyendo las voces de maestras lacónicas
en el sueldo y la pizarra
llevar la marca de todas las vacunas en los
brazos y las píernas
medallones testigos de aquel tiempo
                                                    acechados
y no poder mostrar las otras porque
nadie previó
que habría nuevas pestes que nos tapiarían
la boca, inmovilizarían las piernas,
seccionarían nuestro espacio de
                                                     amigos y  hermanos.
este trozo de planeta compartido
tu diente, mi ojo,
                                                      entre alevosías                                                      e inocencias

con jerga de obelisco y mataderos
mientras creamos nuestra parte en el acto
o exiliamos la alegría extramuros del cuerpo
este trozo de planeta compartido
planeta y tiempo apenas
                                                     a duras penas,
                                                                           compartidos.
   

Sueño déspota de amarte y perpetrarme
                                                                               en las agendas del futuro
sorprenderte con flores una tarde
dentro de diez años
considerar que vivirás con un gesto que no es
                                                              la despedida
adentro de mis días como la página de un libro
                                                              interminable
  pensar que la muerte acampa
                                                              muy lejos
y saber que el mar jamás avisa por donde
                                                              inventa la ola.
No estarán los muros custodiados
                (después de todo, siempre hay troyas)
No habrá guardias en las torres
                 (el enemigo llega igual, inesperado)
Las armas no se limpiarán, bruñirán
ni estarán ordenadas y a la vista.
Y si es cierto que el amor no es fortaleza,
mejor es bailar en el soleado patio
                                            y morir indefensos
Que vivir acuartelados a la sombra del miedo.


Comencemos a despreocuparnos, no hay llanto de niños a la vista
Que empiece por donde empiece:
   labio, pecho, cuello, pubis
el tacto es lo primero.
No camines descalza
que no se apagaron todas las brasas.
Por la ventana todo es noche,
hay pompas negras de silencio
y estamos contentos y temerosos.
(Si el amor tuviese olores perros y gatos rodearían la casa)
Luego pactemos infantilmente eternidades,
a pocos metros está la vida
vestida con exigencias, culpas y mas ropaje...
Nosotros ya lo sabemos
cuando es posible,  comenzamos a despreocuparnos.

Dulce hombre que de instrumentos te cargas
para modelar la forma del amor,
que sabes los gritos que vienen a buscarme,
y desbarataste la certeza de la infelicidad.
Hombre viento
que sacudido por el misterio de mis laberintos
derrotaste los miedos
que naces flor entre mis pies
                 raíz entre mis dedos,
                 lluvia entre mi pelo
Quédate para siempre abriendo las puertas de mi vida
                                                 al arrullo de las palomas
                                                 al rugido del tigre
                                                 al vuelo del cóndor.
Por mi parte,
me ubicaré en el centro de tus sueños
para esperarte en cualquiera de los futuros posibles.



PEQUEÑO INTERMEZZO

Es un acto previsto el desencuentro,
cuando todo era tan simple, o parecía
revelándose tus ojos
                                                                         por encima de la duda
como una fiesta de asombros.
Ahora quedamos abatidos
la canción se extingue prontamente y
                                                                  aquella fortaleza
lugares placenteros
el mismo amor recorriendo la casa y los días
                                                                     como un centinela
vuelve a desmoronarse.
Y todo es pira, alta montaña para deshechar,
incendiar en rápidos odios y un permiso melancólico
Otra vez el fiero laberinto
                                                                           delante de los ojos,
el desconcierto asume el mando,
Digita el cuerpo,
                                                                               el alma subversiva viaja
                                                                                buscando las alamedas
Y mira al pasar la gran fogata de la vida.
                                                                                                                                                 



Con la inocencia del ojo en la mirada,
el pie en el andén, la vieja brújula,
un astrolabio
y un montón de papeles documentando:
                              los  murallones
                              sumatorias de hechos veraces por anticipados
sellos de aduana de los fantasmagóricos países
que habitan mi país
un activo y un pasivo superpuestos
(para dificultar el cálculo del ducho contador);

dije entonces:
                       ya vendrán los días

Y vinieron volando bajo,
rasante,
picoteando granos en los tejados,
toda la ciudad bajo sus alas,
todo el aire arrullo y plumas.

En el viento el halcón acechaba,
lograba la presa
para su buche hambriento de ponientes.




                             Imaginar que todavía es posible
Aquellas piernas tuyas en el sendero
y toda tu belleza recostada sobre el vestido,
el gran río que agrupa barros ocultos
y corriente arriba el canto en superficie,
                     los camalotes,
el hombre con su canoa contra naufragio
Imaginar que todavía es posible
                           acariciar las aguas
Bien vale una fiesta de intensos musicantes.


Algo me dice que hay un sol subversivo,
atentatorio,
sospechoso de caricias,
y una voz insiste en rebelarme de mí misma
matar la muertecita esta tan pringosa,
tan venida desde lejos y abonada
por tanta frustración madre
               tanta pena hermana.
Algo me dice que hay un sol subversivo
y una voz insiste en rebelarme de mi misma
de mi triste,
  misma


FINAL

Feliz
recibo tu llegada.
Esperaba y esperaba
                                                                                                   ahora estas aquí
Lamento recibirte
con la historia que me duele,
la parte del espejo que se extravió
                                                                                                   minutos o siglos
Lamento recibirte
con el labio usado para
                                                                                    el beso
y la palabra que
                                                                                                   retumba sin descanso
en paredes anteriores

Pero es así,
                                                                                                 puedo prender el fuego
                                                                                              traer el agua
y no lamentar que estemos
                                             comenzando
                                                                                                   minutos, siglos
paredes, labios
                                                                                            y palabras


                                                 Vamos yendo
no importan las lechuzas
las bolas de cristal
los pronósticos del tiempo
                                                 Transitemos el día
compartamos el sol
alguna vegetación inesperada
una mirada desde el bar o algún balcón
la piel en el abrazo
un casillero en la ciudad
la línea en la hora
el juego sin las reglas

                                                 Compartamos la palabra
y si es cierto que puntual
llega el barco
los trenes
los zapatos con sus suelas
                                                 Compartamos la distancia


Resulta inoportuno reír y cantar
donde los cuchillos y misiles
trabajan horas extras ante el ocio de mis rosas
Resulta inoportuno sostener un ladrillo
para que un pueblo tenga geografías
y amar con fuerza en el ápice del odio,
tan inoportuno resulta
que termino la hoja de un papel incierto
con la oportuna fuerza
que viene a decirme
                                  no hay fosas comunes para la esperada alegría


Ahora que han calmado sus cascos
                                                         los potros del dolor
y se pone tensa la piel por las urgencias
ahora que juntamos los ladrillos
y barremos a conciencia el polvo y los escombros
en este novísimo momento
al que llegamos puntuales y extenuados
sacudidos de existencia
vacíos de imposturas
                                     juguemos
juguemos a la ronda
ya que ni los potros, la maza,
los martillos,
juguemos en el bosque
mientras el lobo no está.



Ahora juntos
rutinas de asombro y magia.
Antes todo era viaje,
apenas itinerario, brújula,
pista, faro, huella.
Ahora juntos,
                                                                             las horas por delante escapan...
Quisiera asaltarlas
y hallarme con dias posibles donde estés
todavía
forjando rutinas, asombro, magia.


Ellas vinieron con nosotros,
inocentes, premonitorias, inequívocas
a veces mas grandes que los actos
otras, pequeñas y superfluas
o bien grandilocuentes, literarias, inflamadas
de su propio querer ser

Ahora van quedando reducidas
  cuarto, calle, mano, dia
  mesa, lápiz, pan.
Es tiempo para los cuerpos
que ocupan los hechos
Son horas para beber de a sorbos, paladear despacio
mientras se inventan palabras nuevas


Nuestro amor que apuntala amor,
que padece los desencuentros obligados en las agendas y los calendarios,
simplemente la hora sin nosotros.
Prepotencia de la vida que derrama quehaceres irrenunciables

Nuestro amor que apuntala amor
crece por  territorios soñados,
cuando nos estrechamos  vemos a la muerte preparar sus valijas
No se despide.
Huye,  (tal vez quiera suicidarse)


Hoy lo cotidiano nos mantiene separados
Yo ensarto                     los actos y las horas
en el agudo alfiler de mi espera
Voy desbrozando la maleza del día
hasta llegar a ese refugio al descubierto
esa trinchera asediada donde exploramos
el tiempo detenido en nuestra piel
y sobrevolamos desde el vértigo
                                        los campos de batalla
                                         las humeantes ciudades
Hasta morder por el amor
                                                      nuestra tajada de paz    


Amarte es venirme por tus huesos
como la enredadera en la pared,
saberte de memoria los antojos
y llamarte en luna llena gritando

Amarte es encontrarte en el planeta
donde la ciudad y una cama
son espacios firmes para los dos
Amarte, mujer final de tierra
                      es ser otra vez en plenitud
                                               los mares azules
               los parques
y tu cuerpo que enfila frontal hacia mi verbo presente :
                                    amar


Y parece mentira retomar las horas de la ausencia
para volcarlas colmadas en este hoy
como si se dispersaran bolitas en patio de escuela
                   aguacero en campo seco
                      llaves en calabozo
Y parece mentira que tus palabras sean voz
                                              tu piel abrazo
Digo parece mentira, sin embargo
adentro de toda la duda
viajo desde siempre la certeza
Estaba tu faro
el que indicó el camino hacia el amor
              desde tus ojos en el bar aquel
               aquella casona de tantos,
                       una esquina
                         la plaza
y el que plantaste en tus versos como un talismán.


Yo se de las furias que nombran el odio
para teñir la tierra de cruces, cementerios, lágrimas

yo se de las furias que rompen el beso
ocultas detrás de la palabra
adelantando el acto cuchillo
el día central de miedo
yo se de las furias que intuyen demonios de hambre
una doncella del desamor mira espejos y refleja un reducto
del insomnio
castillos de panes construye el niño
en la playa desolada del país roto

Yo se de las furias que debieran nombrarte
                           para saltar por los hombres
                           volverlos de miel y rutina de panes silvestres


No te deslices, amor,
hacia el túnel donde el tridente ensarta corajes
Pongamos al alcance nuestra valijas
y oigamos a lo lejos.
De nuestra sabana fluye un torrente
que ahoga los idiomas
No serás Van Gogh
aunque los gemidos asciendan
por el caracol de tu oreja,
                                 mis dientes estarán atentos
                     para morder al grito
y sacudirlo hasta que expire.


Ya duerme todo el cuerpo que amo.
Frazada, mar de lana en su viaje,
por el pasadizo que va a sus sueños
no fui invitado.
Esta enfrentando pesadillas,
toda la cama parece un campo de batalla.
Respira y silencio:
empiezan los buenos sueños.
No hace tanto
en el mercado del día compraba
palabras y hechos que un paternal sol ofrecía
No puedo compartir su argumento por estar en la vigilia
solo un solemne silencio nos agrupa.
Caeré muy pronto en el mismo mar,
la almohada como boya,
si hay naufragio no importa.
                                    Por el pasadizo que va a mis sueños
                                    encuentro el alma que amo.


En esta reducida estancia
conviven mi vigilia y tu sueño

con el me proteges de tus furias
con ella te defiendo de mi angustia

puede que despiertes vacilante y onírico,
puede que me duerma decidida y concreta

o bien puede ser que dormidos
labremos el acta de la renuncia

  o tal vez en vigilia
escribamos la letra sonora del sueño
No decae nuestro amor pactado,
solo hay tramos irrecuperables de ausencia,
pedazos de vida dispersos en la ciudad
que sabe de vos
                                         de mí
pero nada  de los dos
Hay que ejercer la vida y ella tiende trampas sin descanso,
la ternura sobrevive en la distancia a pesar de los discursos
En las trincheras esperamos sigilosamente
vos cuidando mis manos
yo, tus labios.
Puede venir el holocausto,
un ejército de errores trepando a nuestros planetas,
puede caerse todo a condición de no poder
De cualquier manera
nuestro amor es un fuego trashumante
y el error quedará como una falsa victoria,
porque nos encontramos,
pactamos en medio de dos mundos
                                              el que elegimos
                                                            y el que nos ausenta.


Vos y yo sabemos que hay un son que nos busca
Desde el mar y los bosques,
desde el pan y las manos callosas
desde el bastardaje de una ley
y el tiempo relativo de una cárcel
Sabemos que se iza por el mástil de la audacia
   y suena alegre en el tablado de los músicos
Desde que nuestro pacto se selló,
vos y yo sabemos que hay un son que nos busca.


CODA

Como hacemos, mi amor, un dibujo de paz
si todas las marcas revelan fantasmas
Modula violencia el aire y nosotros indefensos,
la tarde nos lleva tristes.
No hay desgano, tampoco desencuentro,
apenas la injusticia impregnando
las ropas y los huesos
como ciertos días húmedos.
Y no está el esfuerzo por evadirme con dioses que venden lo de siempre:
bajo todas las escaleras resuelto
y pregunto si hay mas profundidad.

Como hacemos mi amor un dibujo de paz
si no está de nuestra parte la canción
y la fiesta gigante devino diminuta
adentro de una mano que no quiere abrirse

Deambulan nuestro cuerpos sin pastores ni gaviotas
La tarde nos lleva tristes.


No nos pierdan las horas,
no nos olvide el sol en esta tarde
ni nos deje inmóviles sobre la piel del planeta
esta noche profunda

Los follajes mas tupidos filtran vacilantes rayos,
e inesperados hielos traen los caminos del espacio
                                    pero a través de los siglos
                                                  el amor se repite

plumoncito de ave tibia entre las manos,  destinado a cantar en cada amanecer
viejecito sabio renovando leyendas en los niños sucesivos.