Estos poemas fueron compuestos por dos entes: alguien que creo haber
sido yo y la sombra de un hombre que durante un tiempo anduvo junto o
superpuesta a la mía. Quizá no fue una sombra,
sino una aparición, por momentos luminosa y
familiar, otros, opaca, densa, imprevisible.
No puedo descartar la posibilidad de que aquello que creo haber
musiqueado yo, sea producto de mi propia sombra, tan incierta como la suya, o
de alguien que cree haber sido él.
Sin embargo, me consta haber amado, escrito, odiado, olvidado, y hoy
puedo publicar este libro, evidencia de alguna materialidad.
Que sea entonces tan real y tan equivoco como su origen
ELLA TEMPLA EL INSTRUMENTO
I-
Venir desde ir hacia
superposición que no sabe muy bien
si
viene hacia o va desde.
En este interregno
donde debiera materializarse
aquello
se advierte de improviso
que no hay ya nada
mas que imágenes invasoras
acercándose rápidamente para pasar de
largo,
sombras en la espalda
grillos en las articulaciones
un temblor de párpados
un crepitar de huesos
un pájaro apenas
revoloteando en
la jaula,
un pájaro apenas
sin poder volar.
II-
Crece un puñal hecho de atmósferas,
filos en los átomos de oxígeno.
Dardos de hielo ensartan palabras
sobre un fondo cotidiano
de rutinarios tics paralizados.
Picos de gaviotas
se disputan en el centro de mi pecho
restos de vísceras, hebras de una vieja
alegría.
Sobre una solitaria meseta se arrastra
un ruido frío de metales
Las golondrinas emigran.
III-
Dónde la orgía de la flor
el brote el polen
la nervadura pulsando fluidos,
las altas temperaturas
los vientos
la vertiente corriendo claridad,
dónde el remolino
de polleras
la mirada sobreentendida,
las certezas
las manos caricia,
Dónde
EL AFINA EL SUYO
Y que puede resultar de tanto desamor.
Por la
casa entra y sale
un
intenso olor a muerte.
En
estas condiciones
se hace
muy difícil que nazca el hombre,
lo
manchan de violencia,
le
mojan de angustia todas sus pertenencias,
y le
esconden los hermanos
para
que nunca sepa el primario movimiento de abrazarse.
Que
puede resultar de tanto desamor.
Esta sospecha de no ser feliz,
ubicarme
en el metro para que el gran juez
pueda
darme la medida de la vida,
mirarme
en espejos encendidos de oscuridad,
devenir
lavado
no por
el mar y sus arenas
sino
por el garrote y las tiras televisivas
Esta
sospecha de no ser feliz,
no
saber bochar como los abuelos,
no
poder la carambola libertaria
de la
estrella y la muchacha,
correrme
hasta la frontera del otro
y capitular el abrazo,
rodar
otra vuelta de hastío,
mutar
las edades con desprecio,
llegar
sin dioses
Todo esta bien si enamorarse es la consigna.
No
debes agregar otra cosa a tu equipaje,
ya es
tiempo,
sucederá
lo previsible:
errores,
espejismos, y
cuando
ya
no
esperes nada y
tu
historia sume
piedras
y desiertos
alguien
te reconocerá y será una fiesta,
luego
se descubrirán y
de
misterio en misterio subirán la escalera de los encuentros
FLOREO
En
Buenos Aires hay una mujer que está sola y espera.
Querido
Scalabrini:
para tu frase mi
halago,
todavía
ni vos ni yo la victoria.
Derrumbaré los muros
destruiré uno por uno los cercos
bombardearé cada frontera con un alarido
y luego,
cuando deshabitada de la impotencia
vuelva mi cara al sol
y de entre los escombros me eleve
sacudiéndome el polvo
te buscaré entre los hombres y te
elegiré.
ALLEGRO
Yo sé
desde donde cantás,
donde
hundís la muerte para llenarte de vida,
y sé
los
trazos, los signos, los gritos
que
vienen a buscarte de a poco, de a mucho.
Yo sé
que no
elegiste,
que
nadie inventó la caída de tu moneda,
cara o rosas,
y sé
como se
extinguen los horarios que abarcaste:
risa,
lágrima,
poesía.
A esta altura del horror
de la nostalgia
de las sienes
reconocerse
en el tacto, en la huella,
en las señales
y
risa
galopar fantasías
aventar los fuegos
para luego
lágrima
desbaratar los pronósticos
amputar entusiasmos
contraerse en el nudo exacto
desprovisto,
dejando un poco, casi nada,
para compartirlo
poesía
Ya es
el encuentro.
Un
manojo de horas visitaste con el cuerpo.
Comentarios,
bestiales imágenes demoraron la figura.
Ya es
el encuentro.
No pude
estar antes dispersando miedos,
ayudarte
en lo sencillo, desbaratarte la certeza de no ser feliz.
Ya es
el encuentro.
Soy el
fuego, el agua.
Voy a
terminar con tus castillos, haremos esculturas.
Un incierto enemigo
acecha mis certezas,
corroe el tiento que a mi orgullo sostiene.
Es un dios sombrío que reivindicando su poder
envía un ejército de insectos
a devorar mi
manto,
una ola que en
mis ríos subterráneos se gesta
despidiendo azufre por mis fuentes,
un escualo desgarrando el vientre de mi ingenuidad,
un caballo de troya que la fuerza de lo oculto
metió en la fortaleza de mi soberbia
Y ya no sé si es incierto,
ni sé si es
enemigo.
Vuelve
el misterio a sacudirme.
A plena
calle va mi cuerpo trabajándose a sol cruzado,
doy los
pasos irrepetibles que la sangre no repone
y gajos
de una memoria estallan
apuntando
luz y encuentro.
Hay
prolijas estrategias
sometiendo
el antes y el después
y
aquella palabra que el hombre silencia
estalla
desbordante
abriéndose
paso entre las espumas y las plantas.
(Acaso el dado tumbó su cara en la pasión)
Tal vez pueda elevar el alto paredón
determinar la ausencia
arrancar mi materia de tu silla
elegir paisajes quietos
doblegar huracanes con mis manos
vivir de espaldas al mar.
Si así fuera, desde entonces,
acechante, a oscuras,
fetal, proscripta de mi misma,
con boca abierta
garra
y
dentellada
clausuradas;
atisbaré a lo lejos un destello,
un agua dulce,
alguna bocanada de viento que me traigan
una vibración arcaica
sobras o indicios de aquella
ajena
fiesta
prometida
Todo
está en los dos,
destino de aire y tierra.
¡Qué no
pensaste materialmente pensado!
¡Qué no
sentí mirando el muro!
Todo
está en los dos, disparados hacia
galácticas
ternuras donde la espátula no modela vientos.
Es una
cuestión demasiado humana para equivocarnos el tacto,
la
sangre detecta el camino y no perdona laberintos.
Todo
está en los dos,
mujer
definitivamente merodeada por la voz que ya no callo.
Cualquier día de estos amanezco decidida
aplasto la galera en el suelo
sin preocuparme por los tímidos conejos,
rasgo los coloridos pañuelos y no miro
las plumas de paloma,
borro los dibujos de los naipes
vaciándolos de profecías,
corto en letras todas tus palabras
en especial los abracadabra y los abretesésamo,
lleno de estiércol los doblefondos de las cajas,
los misteriosos compartimentos,
ahogo en un pozo los baúles, espadas
y mujeres dentro,
amordazo tus ojos.
Te
convierto en hombre cotidiano
Yo genero cuando el viento nos distrae
tu atención mas aguda.
Discutamos los asuntos,
el beso mas urgente
en la importante distancia que los
conceptos imponen.
Abreviemos esta calle
con toda una mirada compartida.
Vale caminarla
aún minada.
¿Qué
es?
¿Qué
es esto de volver
e
irme cada vez más lejos?
¿Qué
es esta desmesura de medidas,
de
cauces remontados contra toda corriente
y los
salmones?
¿Qué
es esta espiral desenrollada, fuga y encuentro,
estos vectores poderosos?
Le
pondrán un nombre absolutorio
o
lo condenarán.
Sea
como sea,
afirmo
que tiene su lugar en la alegría.
ADAGIO
Vengo de amarla y
fue un gajo de luz
donde pusimos los ojos y el sexo
hasta volcarnos
hijos anticipados.
Vengo de amarla,
no tengo otra memoria
que veloces movimientos,
algo volcándose en los cuerpos
semillas o sueños.
Quien sabe precisamente como armamos la
despedida.
Yo partí primero
cuando el beso apretaba la última
palabra
o partió ella
dejando planetas o huellas difusas de
nunca mas vernos.
Vengo de amarla y
es probable que la pierda,
que
me píerda.
De chocar derrotas nacimos victorias
viceversas.
Vengo de amarla y
ahora no está,
a las tres en la plaza
a
las cinco en el bosque
Y no responde ya no sé.
Cómo
fue de precipitada la despedida,
cómo
cayeron las palabras como por un despeñadero
recorriendo
lo abrupto de mi cuerpo,
dispersándose
en la vereda,
deslizándose
en la alcantarilla
de
esa calle ciudadana que se fue con vos
que
se quedó sin mí.
Tendría
que haber pintado o fotografiado
aquella
risa tuya cortando el aire,
esas
palabras guardarlas para siempre
en la
memoria de la ternura
Pero
las prisas vienen a buscarme
reptando
en la planta del mundo
sometiendo
el cuerpo al baño de la lluvia o el ácido
Tendría
que haberte esculpido,
helenísticamente hablando
Mi faro, ¿Qué mares vas eligiendo?
Me imagino tu julio de este invierno
tus toses
tu fatiga
el humo de tu aliento
el paso rápido esquivando las lloviznas
y los vientos
el cuello del abrigo levantado
frías y rojizas la nariz y las manos.
Sé la piel caliente que espera
entre las mantas a la tuya
entre calles y ciudades hibernada
y sé que no es bastante.
¡Tanto julio que tendrás y mi enero en
una caja!
En
algún momento
tu
mirada pasa lista,
un
ventanal y nace el mundo:
baldosas que
reiteran caminantes
un árbol
viejo
que
servicial acude con sus escudos verdes
En
algún momento
tu
mirada pasa lista.
Cuando esté
libre ocuparé un lugar en tus ojos
para
quedarme ese tiempo,
esa
urgente presencia
que
procuraré
con todo
el cuerpo hasta mirarnos.
En algún lugar de la ciudad
que apenas compartimos
se incorpora tu aliento al smog.
Por alguna vereda
bajo jacarandás o
plátanos
andan tus pies llevándote.
Tu voz clara que recogen oídos
desconocidos
existe en las sonoras avenidas.
Alguna silla ocupas
una sábana arrugas,
seguramente
doblas las esquinas
y tus manos acarician, gesticulan, abren
puertas.
Así es que carece de importancia tu
llegada tardía,
mi ida presurosa,
el pequeño punto que abarcó el
encuentro.
Hay una realidad,
tu presencia
y una alegría cierta:
tu vida
solidaria con la mía.
Esperarte
tras los vidrios de la vida y
esperarte.
Saber
que no llegas
a la
cita urgente
cotidiana
y sencilla.
Esperarte
en la silla de los días violentos.
¿Dónde
estás amor?,
rotundo
amor...
Yo soy
de pan concreto para tu hambre.
Permanece, diverso.
A veces es una ola,
turbulencia y bramido,
abrazo y embestida atentatoria.
Otras es un planeo de gaviota al que me
uno
prolongando su vuelo.
Algunos días
es un rumor que crece amenazante
y al que no abro la puerta.
Pero hay veces que es una excursión,
una expedición premeditada.
Munida de aparejos, brújula, herramientas,
voy rastreando gestos, voces,
inflexiones,
tonos, roces:
todas las atmósferas que
constituyen tu recuerdo.
SCHERZO
Es la
vieja victoria que viene a buscarnos.
Vas a
documentar con silencio y risa,
yo
espero en retaguardia
matando
lo imaginario del miedo.
Es la
vieja victoria del tacto y la ternura.
Estoy y
desato los laberintos,
no
estoy pero brindo,
mirando las
aguas quédate para verme.
sacudiendo,
violentando
testimoniando
en las arenas lo tan sencillo.
Aplasté los tréboles que crecían en el
valle de mis senos.
En la superficie de mi vientre clavé con alfileres las mariposas
doradas
y las tapé con cadáveres de gorriones.
De las enredaderas dejé los talles más
ásperos anudándose a mis chirriantes
articulaciones.
Inserté en los poros de mis manos agudas
espinas de algarrobo.
Inmovilicé la sangre.
Pero en el silencio algo sucede
Entre los dedos de mis pies veo crecer
minucioso un asombro de pétalo
y mi frente deletrea un rumor de inesperada y dulce agua.
A benemérita traición,
estocada inconsulta,
por la espalda de la lágrima,
me sorprende siempre esta raíz,
la muy loca, tan
obcecada.
Quiero
compartir los caminos de tu mente,
llévame
a tu asfalto donde soles y lluvias
tensionan el paisaje,
reproduce
la ciudad que mejor puedas a favor de los dos,
será
suficiente un atajo de misterio para recibir la noche.
No
quedes sola con todos los fantasmas en las avenidas,
busquemos
el mapa que insinúa los rumbos hacia el mar.
Desde que te sé y me sé,
canto.
No andaré desnuda por las calles
no correré tras mariposas para
prenderlas en mi pelo
no abrazaré ardientes rayos frente a
sombreados transeúntes,
sólo canto.
No beberé de todas las vertientes
no rodaré por las faldas de los cerros
no bailaré ritmos afro en la rueda de
ingleses, no,
pero canto.
No dejare evidencias de la magia para
sus inquisiciones
no seré cristiana para sus leones, no,
mas canto
florecida, asoleada
con sed y saciedad canto
sin flores , ni sol, inarmónica,
canto.
De un
solo golpe nos pusimos de acuerdo.
Nadie
nos tiró desde la física,
todo
fue de la injusticia.
Y aquí estamos,
en los
despachos de la espera
tomados
por el cuello
asombrados
de tanta vigilancia
casi importantes...
De un
solo golpe nos pusimos de acuerdo,
que
vino en mayo, tal vez en abril,
poco
importa, seguiremos amando los otoños y
todo el
verde
de una sola planta,
De un
solo golpe nos pusimos de acuerdo
y
nuestra falta reiterada por esquivar
lo
programado
pareció
a primera vista
una aguja en el pajar,
Hoy con
todo el faro oculto
mucho
lodo corriendo por los huesos
casi
derrotados
en la
estrechez de los conceptos,
como siempre de pie
y conspirando.
Este trozo de planeta
tu gajo, mi instante...
transitar la cuna entre bombos y
comunicados
la escuela al ritmo de las botas
desoyendo las voces de maestras
lacónicas
en el sueldo y la pizarra
llevar la marca de todas las vacunas en
los
brazos y las píernas
medallones testigos de aquel tiempo
acechados
y no poder mostrar las otras porque
nadie previó
que habría nuevas pestes que nos tapiarían
la boca, inmovilizarían las piernas,
seccionarían nuestro espacio de
amigos y hermanos.
este trozo de planeta compartido
tu diente, mi ojo,
entre alevosías
e inocencias
con jerga de obelisco y mataderos
mientras creamos nuestra parte en el
acto
o exiliamos la alegría extramuros del
cuerpo
este trozo de planeta compartido
planeta y tiempo apenas
a duras penas,
compartidos.
Sueño
déspota de amarte y perpetrarme
en las agendas del futuro
sorprenderte
con flores una tarde
dentro
de diez años
considerar
que vivirás con un gesto que no es
la despedida
adentro
de mis días como la página de un libro
interminable
pensar que la muerte acampa
muy lejos
y saber
que el mar jamás avisa por donde
inventa la ola.
No estarán los muros custodiados
(después de todo, siempre hay
troyas)
No habrá guardias en las torres
(el enemigo llega igual,
inesperado)
Las armas no se limpiarán, bruñirán
ni estarán ordenadas y a la vista.
Y si es cierto que el amor no es
fortaleza,
mejor es bailar en el soleado patio
y
morir indefensos
Que vivir acuartelados a la sombra del
miedo.
Comencemos
a despreocuparnos, no hay llanto de niños a la vista
Que
empiece por donde empiece:
labio, pecho, cuello, pubis
el
tacto es lo primero.
No
camines descalza
que no
se apagaron todas las brasas.
Por la
ventana todo es noche,
hay
pompas negras de silencio
y
estamos contentos y temerosos.
(Si el
amor tuviese olores perros y gatos rodearían la casa)
Luego
pactemos infantilmente eternidades,
a pocos
metros está la vida
vestida
con exigencias, culpas y mas ropaje...
Nosotros
ya lo sabemos
cuando
es posible, comenzamos a
despreocuparnos.
Dulce hombre que de instrumentos te
cargas
para modelar la forma del amor,
que sabes los gritos que vienen a
buscarme,
y desbarataste la certeza de la
infelicidad.
Hombre viento
que sacudido por el misterio de mis
laberintos
derrotaste los miedos
que naces flor entre mis pies
raíz entre mis dedos,
lluvia entre mi pelo
Quédate para siempre abriendo las
puertas de mi vida
al arrullo de las palomas
al
rugido del tigre
al vuelo del cóndor.
Por mi parte,
me ubicaré en el centro de tus sueños
para esperarte en cualquiera de los
futuros posibles.
PEQUEÑO
INTERMEZZO
Es un
acto previsto el desencuentro,
cuando
todo era tan simple, o parecía
revelándose
tus ojos
por encima de la duda
como
una fiesta de asombros.
Ahora
quedamos abatidos
la
canción se extingue prontamente y
aquella fortaleza
lugares
placenteros
el
mismo amor recorriendo la casa y los días
como un centinela
vuelve
a desmoronarse.
Y todo
es pira, alta montaña para deshechar,
incendiar
en rápidos odios y un permiso melancólico
Otra
vez el fiero laberinto
delante de los ojos,
el
desconcierto asume el mando,
Digita
el cuerpo,
el alma subversiva viaja
buscando las alamedas
Y mira
al pasar la gran fogata de la vida.
Con la inocencia del ojo en la mirada,
el pie en el andén, la vieja brújula,
un astrolabio
y un montón de papeles documentando:
los murallones
sumatorias de
hechos veraces por anticipados
sellos de aduana de los fantasmagóricos
países
que habitan mi país
un activo y un pasivo superpuestos
(para dificultar el cálculo del ducho
contador);
dije entonces:
ya vendrán los días
Y vinieron volando bajo,
rasante,
picoteando granos en los tejados,
toda la ciudad bajo sus alas,
todo el aire arrullo y plumas.
En el viento el halcón acechaba,
lograba la presa
para su buche hambriento de ponientes.
Imaginar que
todavía es posible
Aquellas
piernas tuyas en el sendero
y toda
tu belleza recostada sobre el vestido,
el gran
río que agrupa barros ocultos
y
corriente arriba el canto en superficie,
los camalotes,
el
hombre con su canoa contra naufragio
Imaginar
que todavía es posible
acariciar las aguas
Bien
vale una fiesta de intensos musicantes.
Algo me dice que hay un sol subversivo,
atentatorio,
sospechoso de caricias,
y una voz insiste en rebelarme de mí
misma
matar la muertecita esta tan pringosa,
tan venida desde lejos y abonada
por tanta frustración madre
tanta pena hermana.
Algo me dice que hay un sol subversivo
y una voz insiste en rebelarme de mi
misma
de mi triste,
misma
FINAL
Feliz
recibo
tu llegada.
Esperaba
y esperaba
ahora
estas aquí
Lamento
recibirte
con la
historia que me duele,
la
parte del espejo que se extravió
minutos o siglos
Lamento
recibirte
con el
labio usado para
el beso
y la
palabra que
retumba
sin descanso
en
paredes anteriores
Pero es
así,
puedo prender el fuego
traer el agua
y no
lamentar que estemos
comenzando
minutos, siglos
paredes,
labios
y palabras
Vamos yendo
no importan las lechuzas
las bolas de cristal
los pronósticos del tiempo
Transitemos el día
compartamos el sol
alguna vegetación inesperada
una mirada desde el bar o algún balcón
la piel en el abrazo
un casillero en la ciudad
la línea en la hora
el juego sin las reglas
Compartamos la palabra
y si es cierto que puntual
llega el barco
los trenes
los zapatos con sus suelas
Compartamos la distancia
Resulta
inoportuno reír y cantar
donde
los cuchillos y misiles
trabajan
horas extras ante el ocio de mis rosas
Resulta
inoportuno sostener un ladrillo
para
que un pueblo tenga geografías
y amar
con fuerza en el ápice del odio,
tan
inoportuno resulta
que
termino la hoja de un papel incierto
con la
oportuna fuerza
que
viene a decirme
no hay fosas
comunes para la esperada alegría
Ahora que han calmado sus cascos
los potros del dolor
y se pone tensa la piel por las
urgencias
ahora que juntamos los ladrillos
y barremos a conciencia el polvo y los
escombros
en este novísimo momento
al que llegamos puntuales y extenuados
sacudidos de existencia
vacíos de imposturas
juguemos
juguemos a la ronda
ya que ni los potros, la maza,
los martillos,
juguemos en el bosque
mientras el lobo no está.
Ahora
juntos
rutinas
de asombro y magia.
Antes
todo era viaje,
apenas
itinerario, brújula,
pista,
faro, huella.
Ahora
juntos,
las horas por delante escapan...
Quisiera
asaltarlas
y
hallarme con dias posibles donde estés
todavía
forjando
rutinas, asombro, magia.
Ellas vinieron con nosotros,
inocentes, premonitorias, inequívocas
a veces mas grandes que los actos
otras, pequeñas y superfluas
o bien grandilocuentes, literarias,
inflamadas
de su propio querer ser
Ahora van quedando reducidas
cuarto, calle, mano, dia
mesa, lápiz, pan.
Es tiempo para los cuerpos
que ocupan los hechos
Son horas para beber de a sorbos, paladear
despacio
mientras se inventan palabras nuevas
Nuestro
amor que apuntala amor,
que
padece los desencuentros obligados en las agendas y los calendarios,
simplemente
la hora sin nosotros.
Prepotencia
de la vida que derrama quehaceres irrenunciables
Nuestro
amor que apuntala amor
crece
por territorios soñados,
cuando
nos estrechamos vemos a la muerte
preparar sus valijas
No se
despide.
Huye, (tal vez quiera suicidarse)
Hoy lo cotidiano nos mantiene separados
Yo ensarto los actos y las horas
en el agudo alfiler de mi espera
Voy desbrozando la maleza del día
hasta llegar a ese refugio al
descubierto
esa trinchera asediada donde exploramos
el tiempo detenido en nuestra piel
y sobrevolamos desde el vértigo
los campos de batalla
las
humeantes ciudades
Hasta morder por el amor
nuestra tajada de paz
Amarte
es venirme por tus huesos
como la
enredadera en la pared,
saberte
de memoria los antojos
y
llamarte en luna llena gritando
Amarte
es encontrarte en el planeta
donde
la ciudad y una cama
son
espacios firmes para los dos
Amarte,
mujer final de tierra
es ser otra vez en
plenitud
los mares azules
los parques
y tu
cuerpo que enfila frontal hacia mi verbo presente :
amar
Y parece mentira retomar las horas de la
ausencia
para volcarlas colmadas en este hoy
como si se dispersaran bolitas en patio
de escuela
aguacero en campo seco
llaves en calabozo
Y parece mentira que tus palabras sean
voz
tu piel abrazo
Digo parece mentira, sin embargo
adentro de toda la duda
viajo desde siempre la certeza
Estaba tu faro
el que indicó el camino hacia el amor
desde tus ojos en el bar aquel
aquella casona de tantos,
una esquina
la plaza
y el que plantaste en tus versos como un
talismán.
Yo se
de las furias que nombran el odio
para
teñir la tierra de cruces, cementerios, lágrimas
yo se
de las furias que rompen el beso
ocultas
detrás de la palabra
adelantando
el acto cuchillo
el día
central de miedo
yo se
de las furias que intuyen demonios de hambre
una
doncella del desamor mira espejos y refleja un reducto
del
insomnio
castillos
de panes construye el niño
en la
playa desolada del país roto
Yo se
de las furias que debieran nombrarte
para saltar por los
hombres
volverlos de miel y
rutina de panes silvestres
No te deslices, amor,
hacia el túnel donde el tridente ensarta
corajes
Pongamos al alcance nuestra valijas
y oigamos a lo lejos.
De nuestra sabana fluye un torrente
que ahoga los idiomas
No serás Van Gogh
aunque los gemidos asciendan
por el caracol de tu oreja,
mis dientes
estarán atentos
para morder al grito
y sacudirlo hasta que expire.
Ya
duerme todo el cuerpo que amo.
Frazada,
mar de lana en su viaje,
por el
pasadizo que va a sus sueños
no fui
invitado.
Esta
enfrentando pesadillas,
toda la
cama parece un campo de batalla.
Respira
y silencio:
empiezan
los buenos sueños.
No hace
tanto
en el
mercado del día compraba
palabras
y hechos que un paternal sol ofrecía
No
puedo compartir su argumento por estar en la vigilia
solo un
solemne silencio nos agrupa.
Caeré
muy pronto en el mismo mar,
la
almohada como boya,
si hay
naufragio no importa.
Por el
pasadizo que va a mis sueños
encuentro
el alma que amo.
En esta reducida estancia
conviven mi vigilia y tu sueño
con el me proteges de tus furias
con ella te defiendo de mi angustia
puede que despiertes vacilante y
onírico,
puede que me duerma decidida y concreta
o bien puede ser que dormidos
labremos el acta de la renuncia
o tal vez en
vigilia
escribamos la letra sonora del sueño
No
decae nuestro amor pactado,
solo
hay tramos irrecuperables de ausencia,
pedazos
de vida dispersos en la ciudad
que
sabe de vos
de mí
pero
nada de los dos
Hay que
ejercer la vida y ella tiende trampas sin descanso,
la
ternura sobrevive en la distancia a pesar de los discursos
En las
trincheras esperamos sigilosamente
vos
cuidando mis manos
yo, tus
labios.
Puede
venir el holocausto,
un
ejército de errores trepando a nuestros planetas,
puede
caerse todo a condición de no poder
De
cualquier manera
nuestro
amor es un fuego trashumante
y el
error quedará como una falsa victoria,
porque
nos encontramos,
pactamos
en medio de dos mundos
el que elegimos
y el que nos ausenta.
Vos y yo sabemos que hay un son que nos
busca
Desde el mar y los bosques,
desde el pan y las manos callosas
desde el bastardaje de una ley
y el tiempo relativo de una cárcel
Sabemos que se iza por el mástil de la
audacia
y suena
alegre en el tablado de los músicos
Desde que nuestro pacto se selló,
vos y yo sabemos que hay un son que nos
busca.
CODA
Como
hacemos, mi amor, un dibujo de paz
si
todas las marcas revelan fantasmas
Modula
violencia el aire y nosotros indefensos,
la
tarde nos lleva tristes.
No hay
desgano, tampoco desencuentro,
apenas
la injusticia impregnando
las
ropas y los huesos
como
ciertos días húmedos.
Y no
está el esfuerzo por evadirme con dioses que venden lo de siempre:
bajo
todas las escaleras resuelto
y
pregunto si hay mas profundidad.
Como
hacemos mi amor un dibujo de paz
si no
está de nuestra parte la canción
y la
fiesta gigante devino diminuta
adentro
de una mano que no quiere abrirse
Deambulan
nuestro cuerpos sin pastores ni gaviotas
La
tarde nos lleva tristes.
No nos pierdan las horas,
no nos olvide el sol en esta tarde
ni nos deje inmóviles sobre la piel del
planeta
esta noche profunda
Los follajes mas tupidos filtran
vacilantes rayos,
e inesperados hielos traen los caminos
del espacio
pero a través de los siglos
el amor se repite
plumoncito de ave tibia entre las
manos, destinado a cantar en cada amanecer
viejecito sabio renovando leyendas en
los niños sucesivos.