(no cualquiera de esas, seguras y
leales
sino las caprichosas azaleas y un par de cyclamen)
Como un milagro, observo:
no han sido pisoteadas por botas nuevas de soldado
o por soldado con botas viejas de un soldado muerto
ni por pies en trapo ensangrentado
Están tan bellas
que parecen niñas de catorce despuntando mujeres.